Sócrates y Platón

 

Sócrates

Sócrates ha sido el primer filósofo propiamente dicho, y una figura increíblemente influyente. A pesar de eso, no poseemos ningún texto suyo, puesto que el no escribía sus pensamientos, sino que pensaba que la verdadera filosofía se ejercitaba mediante la práctica vital, y no en el texto. Aunque no escribiese nada, conservamos muchas referencias a Sócrates, gracias a que su gran influencia hizo que muchos otros pensadores y doxógrafos escribiesen sobre él. A este filósofo lo conocemos mayoritariamente por Platón, quien en sus diálogos lo toma como protagonista. En estos diálogos a veces cuesta distinguir quien es el verdadero Sócrates simulado con sus ideas, y cuál es el personaje que representa las ideas de platón. Como norma general, se interpreta al Sócrates de los primeros diálogos como al Sócrates real, quien era un Sócrates nada dogmático, que se limitaba a preguntar y desarticular argumentos por medio de la mayéutica, En los diálogos más tardíos, este Sócrates habla de manera dogmática, y no pregunta sino que reprende a los contertulios diciéndoles como es realmente el mundo, muy al contrario que el primer Sócrates, que lejos de sermonear simplemente se dedica a triturar y desgranar las contradicciones internas de las afirmaciones que se le presentan. Una teoría a cerca de la interpretación de estos Sócrates es que los primeros diálogos son fruto de un alumno prendado de la sabiduría de su maestro, quien acepta su filosofía y está convencido de la verdad y validez de su método. Posteriormente, platón pone en boca de Sócrates aquello que el considera verdad, una verdad muy alejada de las enseñanzas de su maestro y que es fruto de su propio trabajo.

Sócrates en un principio se interesó por las cuestiones fundamentales de su maestro, Anaxágoras, las cuales eran la física y la cosmología. Posteriormente y decepcionado por el conocimiento alcanzable a este respecto, se dedicó a meditar a cerca de la virtud y la praxis. Para Sócrates lo moral será el verdadero ámbito del conocimiento, llegando a identificar conocimiento con virtud, y pensando que todo acto inmoral es producto de un desconocimiento del bien (teoría moral que recibirá el nombre de intelectualismo socrático). En los diálogos de Platón, Sócrates trata de llegar al conocimiento de la virtud preguntando a supuestos conocedores de la virtud, pero mediante la interrogación del método mayéutico que trata de poner a prueba la consistencia interna de los sistemas de creencias de los interlocutores, Sócrates acaba desarmando todos los argumentos que le ofrecen. El mayor problema que encontrará Sócrates en los discursos que le ofrecen, es que toda definición quedará pequeña para abarcar todos los casos a los que se extienden las ideas, y los casos límite siempre caerán fuera de toda definición dada por un interlocutor.

Sócrates se plantea una pregunta ¿se puede enseñar la virtud? Este será el principio de la discusión con los sofistas. Los sofistas pensaban que esta sí podía enseñarse, pero Sócrates vendrá a complicarles las cosas y dificultarles la discusión. Sócrates considera que él no sabe nada y por tanto no puede enseñar nada, y esto es porque solo puede ser maestro de algo aquel que puede responder a todas las preguntas al respecto de un tema concreto, y en consiguiente enseñarlo. Por el contrario, hay personas que se consideran maestros de ciertas materias cuando no pueden ni siquiera definir adecuadamente los conceptos básicos de las materias de las creen saber, por lo que ellos, creyendo saber y no sabiendo, saben menos que el que no sabe, y que sabe que no sabe. Precisamente por esta razón, el hombre más ignorante de Atenas, es el más sabio. 


 

 

Platón

Platón es uno de los más grandes filósofos de la historia, con un gran número de escritos a sus espaldas. Si bien, incluso a día de hoy las obras de Platón se someten a muy diversas interpretaciones, dando lugar a teorías muy dispares sobre el mismo autor. Tanto es así que hay autores que consideran que la teoría dogmática que expone en los diálogos es justamente lo que el defendía, y otros autores que defienden que en La Academia precisamente se usaban esos materiales para aprender a no dogmatizar.

 

Platón es natal de Atenas y discípulo de Sócrates. Nacido en una familia aristócrata tuvo grandes inclinaciones hacia la política ya desde pequeños. Platón fue el fundador de una de las instituciones de enseñanza más prosperas de su tiempo, La Academia, donde enseñó sus teorías a multitud de estudiantes y en cuya entrada se podía leer “no entre aquí quien no sepa geometría”. La obra de Platón la conforman un total de 46 diálogos y 13 cartas. Platón fue también luchador, pero al no conseguir acceso a las olimpiadas, probó suerte como poeta trágico, empresa donde también fracasó, fue entonces cuando decidió dedicarse completamente a la filosofía. Su obra, constituida en su mayoría en diálogos suele estar formada por personajes reconocibles de la época, y nos brindan un retrato de la sociedad griega y de las ideas que eran comunes entre los altos círculos aristocráticos.

 

El pensamiento de Platón toma como base su teoría de las ideas, la cual da cuenta de una realidad que consta de dos niveles, uno material y otro ideal. En el nivel material, la realidad estaría sujeta al devenir, el cambio, y nos es accesible mediante los órganos sensibles. Por otra parte, el mundo inteligible es permanente y eterno, y solo es accesible por el intelecto. Estas entidades abstractas son la fuente de la existencia de todo cuanto existe en el mundo sensible, y el conocimiento que de estas podemos obtener es el más alto y verdadero. En su libro de la Republica, Platón expresa su teoría de las ideas mediante la alegoría de la caverna, así como su planteamiento político, fin último al que aspira su filosofía. En la república, Platón comienza analizando las diversas interpretaciones de justicia que toman su valor en función de otras funciones, a lo que Sócrates confrontará con la idea de que la justicia goza de valor por sí misma. De este modo, Platón se opone en este diálogo a tesis tales como que la justicia es válida porque esta funciona como mecanismo para prevenir el mal. Para Sócrates (en boca de Platón), si las personas se agrupasen en sociedades únicamente para prevenir el mal que unos se pueden hacer los unos a los otros, las sociedades serían mucho más básicas de lo que resultan en la realidad. En las polis griegas, no solo se busca la seguridad, sino que también se busca el goce estético por medio del arte, y tratan de construir una ciudad que garantice la felicidad para el hombre. Una ciudad que busca tales cosas, crece tanto en extensión como en necesidades, lo cual provoca que tenga que expandirse, entrando en conflicto con otros territorios y necesitando un ejército para tal fin, y para protegerse de invasiones vecinas (argumento que usará para defender la necesidad de un ejército en su modelo de ciudad ideal).

El conocimiento es un tema fundamental para Platón, y trata de explicar como es posible que a partir de una fuente tan débil como los es la experiencia sensible, sujeta a lo contingente y particular podamos llegar al conocimiento inmutable de las ideas. Platón explica esto mediante tres vías fundamentales:

1.La teoría del anamnesis o reminiscencia

Esta teoría de claras influencias órficas, trasladadas a la filosofía griega de mano de Pitágoras y los socráticos considera que el alma preexiste al cuerpo, y esta se ve encarcelada en una forma corpórea. Antes de su castigo, el alma existía junto con las ideas, y las conocía todas ellas, pero al ser condenada a vagar por el mundo sensible, esta las ha olvidado. Por ello, conocer las ideas a partir de las impresiones sensibles de las cuales los objetos materiales participan, no es conocer, sino recordar, y este proceso recibe el nombre de Anamnesis. Por medio de la Anamnesis, el alma “desolvida”, recuerda a las ideas originales.

2.La teoría del amor o Eros

En el Banquete, Platón nos explica su teoría del Eros, por medio de Sócrates, el cual nos dice que esta teoría le fue revelada por una mujer llamada Diotima. El proceso que lleva al alma a conocer a las ideas desde lo sensible hasta lo inteligible recibe el nombre de Eros, en honor a dicho dios griego. El goce de lo estético es tan fuerte para el filósofo que le mueve siempre en busca de una perfección mayor, recorriendo el mundo de lo sensible hasta que este se agota. Una vez agotado, el alma desea una perfección que no se haya en lo mundano sujeto al devenir, sino que aspira a llegara una belleza que trasciende la belleza de los cuerpos, la belleza del alma. Estas bellezas del alma, cuanto más perfectas son, más abstractas e inteligibles se vuelven, llegando así a la armonía matemática, y finalmente, a la idea del Bien en sí.

3.  La dialéctica

La dialéctica es la ciencia más elevada. Esta es la ciencia de las ideas, de sus formas, su orden y sus relaciones posibles del cual platón extrae el proceso de Symploké (Concepto que es condición necesaria para el conocimiento). Este concepto de Symploké establece que ni todo está relacionado con todo, ni nada está relacionado con nada, oponiéndose así al monismo holista, y al escepticismo radical. Hay algunas relaciones posibles entre las ideas, y la labor del filósofo es la de llegar al conocimiento de todas las relaciones que la idea del Bien establece con el resto de ideas y objetos del mundo. La dialéctica, consta de dos partes, una ascendente y otra descendente y permite alcanzar el principio último de todo aquello que existe. Este método, se opone al matemático, ya que no parte de hipótesis ni de razonamientos que no se hayan comprobado ante la idea del Bien. La dialéctica ascendente parte de la multiplicidad de las imágenes y creencias para hallar entre ellos aquello que les es común, el concepto que las define a todas ellas y que constituye el verdadero conocimiento del que participan. Por medio de estas relaciones, el saber acaba reduciéndose a la idea del Bien. Por otro lado, la descendente partirá de la idea del Bien, y por medio de divisiones binómicas llegarán a las especies de los objetos particulares partiendo de los conceptos universales y generales. 


 

 La polis platónica

La filosofía de Platón tiene un fin eminentemente político, y diseñó un modelo de estado con la finalidad de aplicarlo, aunque no tuvo éxito. En la polis de platón, habría 3 clases de ciudadanos, donde encontraríamos a los guardianes, elegidos de entre los más fuertes del ejército, que se dedicarían a gobernar sobre el resto, por otro lado, el resto del ejército sería la clase de los auxiliares, y el resto sería el de los productores y artesanos.

Los guardianes, que serán los gobernantes, tendrán una educación superior. Esta educación será similar a la espartana y no podrán poseer esposa. Estos serán elegidos de entre los más fuertes del ejército, y no tendrán propiedades ni acceso al dinero, y además, no conocerán a sus hijos, que serán criados por la sociedad. Estas restricciones se establecen para que la codicia no pueda ser un impedimento en el desarrollo virtuoso de las funciones como gestores de la polis. De esta manera, tendrán una vida adecuada, sin carencias de ningún tipo, pero sin ningún lujo.

Los auxiliares serán iguales que los guardianes, pero con menor educación, y estos no gobernarán.

Los productores (artesanos y labradores) si tendrá acceso al beneficio económico fruto de su trabajo, y será la encargada de producir lo necesario para el mantenimiento de la polis, pero no tendrá ningún tipo de poder político ni de influencia sobre los guardianes.  

Esta teoría política nace en correlación a la visión del alma que Platón poseía del hombre. Los gobernantes, serán el auriga en su teoría de las tres almas (el alma racional). Por otro lado, los auxiliares serán el alma irascible, propia de conquistadores que requieren de valentía y fortaleza, y por último la de los productores tendrá como rol la del alma concupiscible, la de la templanza que ejerce un disfrute moderado de los placeres. La selección del rol ciudadano según el rol dominante de su alma, será el que determine quién acabará en cada estamento, en lugar del tradicional modo dinástico o hereditario. De este modo, la armonía entre las clases sociales y la virtud de la ciudad se dará cuando cada individuo obre según el rol de su clase, alcanzando la justicia como colectivo.  Este modelo garantizará la ausencia de conflictos entre poder político y económico, y la influencia del poder económico sobre el gobierno de la polis.

Pese a la dificultad de llevar este modelo político a la práctica, este modelo de sociedad será el único capaz de traer la felicidad a los individuos y a la ciudad como conjunto. Pero esto solo se conseguirá cuando esta ciudad tenga como gobernante a los reyes filósofos, que se dará cuando el filósofo se convierta en rey, o cuando los reyes se conviertan en filósofos.


 

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