De lo que odias a lo que amas, solo hay un cambio de perspectiva.

 

Mi nombre es Carlos Manjón Alonso y soy Filósofo. Digo filósofo y no graduado en filosofía ya que considero que Filosofía no son unos estudios, sino una actitud eminentemente práctica ante la vida, y que, al igual que un médico es médico en la medida que este es capaz de llevar su conocimiento a la praxis (y no solo por tener conocimientos sobre medicina), un filósofo es tal en la medida en que actúa en su día a día con la pretensión de comprender, criticar y transformar su presente.

Mi determinación a transformar la realidad en la que vivo se integra muy temprano en mi carácter debido a la situación familiar en la que viví de pequeño, en la que una familia desestructurada y constantes situaciones de abuso escolar me convirtieron en un chico que ansiaba transformar el mundo. En un momento en el que estaba perdido, encontré uno de los que hasta ahora se ha convertido en uno de los pilares de mi vida, y que está absolutamente ligado para mí a mis estudios de Filosofía, las artes marciales. Mi primer sensei y mi dojo me enseñaron a tomar una actitud distinta ante los problemas del día a día y a canalizar mis energías con el objetivo de construir una sociedad más positiva y a la vez tener conseguir la capacidad de transformar las situaciones injustas que sucedían a mi alrededor.  

Finalmente, através de la larga travesía que supone el paso por el instituto y aún más escabroso Bachillerato acabé encontrando lo que se ha convertido en mi vocación y poniéndole nombre propio. En ese entonces yo no tenía claro lo que quería estudiar, si bien tenía una clara inclinación por los estudios en biología, pero mis múltiples alergias me alejaban de muchas de las posibles salidas laborales de esa carrera. Fué a finales de primero de Bachillerato cuando estudiando para un examen global de Filosofía, descubrí que pese a haber estado criticando constantemente las ideas de todos los filósofos que se me habían ido presentando a lo largo del curso (para desasosiego del profesor) me dí cuenta de que era la asignatura en la que más había disfrutado, y además en la que más había participado, a pesar de que creía odiarla por estar plagada de ineptos que solo contaban "cuentos chinos". En ese repaso general, no solo me dí cuenta de eso, sino que además comprendí que la historia de las ideas tenía un claro sentido al estudiarla cronológicamente y quedé fascinado por la evolución del pensamiento humano, dejándome claro que quería estudiar y conocer este tama más en profundidad. 

El siguiente año, cambié de profesor de Filsofía a uno mucho más heterodoxo, que pese a enseñar menos contenido formal, logró cosas increibles con los estudiantes que estaban en sus clases, y también con gente a la que nisiquiera tenía en clases o tutorías, aconsejándolos y dándoles un apoyo que ayudó a encauzar muchas vidas. Fué gracias a ese profesor que tuve claro que tenía que continuar con su legado y que había encontrado una verdadera vocación.

Comentarios

  1. Me encanta tu presentación. Me gustaría hacerte una pregunta...¿Consideras que en bachillerato, al dar tanta historia de la filosofía, en realidad no se da filosofía? Y por otro lado...¿Crees que se debería enseñar de otra forma/orientarlo de otra manera?
    Por desgracia, mucha gente dice "la filosofía no vale para nada". Y ese es uno de los problemas yo creo... que en bachillerato se potencie esta idea, más que erradicarla.

    ResponderEliminar
  2. Viva la filosofía y viva el pensamiento libre. Esta asignatura es esencial en el desarrollo de un alumno. Me ha gustado mucho tu presentación y tu blog.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Trabajar la Filosofía desde el cine I

Participacion escolar