¿Cómo ser un buen tutor?

 


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Muchos pensamos en ser profesores, pero una de las posibles competencias a desarrollar es la de ser un buen tutor, que lejos de preocuparse solo por impartir su materia, también comprenda y guíe a los alumnos en su recorrido y crecimiento personal. Alguna de las capacidades que debería ser capaz de desarrollar un buen tutor son las siguientes:

Empatía. He mencionado la empatía en primer lugar porque me parece la más importante. La empatía debe estar presente en las orientaciones que se recomienden al alumno y en los consejos. Sin empatía, un tutor no logrará ofrecer soluciones objetivas y adaptadas a la propia identidad del alumno. La responsabilidad afectiva con los alumnos, familiares y personales del centro es de suma importancia para comprender los problemas que se nos plantean de forma global. Además, es importante tener una mentalidad abierta. Todos hemos tenido y tenemos problemas, las circunstancias vitales de cada uno nos han hecho seguir diferentes caminos, pero todos hemos tenido que enfrentarnos a momentos muy difíciles en nuestras experiencias vitales. Por eso, hay que hacer un esfuerzo por ponerse en los zapatos de las otras personas para no hacer juicios precipitados.

Responsable. Un buen tutor debe ser responsable, como he mencionado en el plano emocional, pero también en su ámbito de trabajo. Debe tomar nota de todo lo que ocurra en las tutorías. De esta manera, se asegurará de que los métodos que ha empleado con las personas para abordar determinados problemas son adecuadas o debe cambiarlos. También debe aportar el material de refuerzo que se necesite. La responsabilidad es de suma importancia para ejercer bien un trabajo debido a que se tendrá claro los principios de actuación y los valores que se quieren transmitir. 

Capacidad de escucha y diálogo. No sólo hay que ser buen comunicador, un tutor debe solucionar conflictos a través del diálogo. Para ello será imprescindible la capacidad de escucha para localizar los problemas y analizar de qué manera pueden resolverse. La actuación debe ser siempre pacífica. 

Amabilidad. La amabilidad en las relaciones humanas generará un clima positivo y la persona con la que estamos hablando se sentirá respetada.

Realista. Debe ser realista, no debe dar falsas expectativas al alumnado o familiares sobre el centro de estudios o los problemas planteados.

Capacidad de adaptación. El tutor debe ser capaz de adaptarse a la circunstancias de cada alumno y ajustarse a las necesidades que se requieran. También debe saber improvisar para resolver problemas. Por eso, debe tener en cuenta el contexto familiar, social y económico del alumno para comprender de qué manera puede adaptar el material y mejorar las formas de aprendizaje. 

Inclusivo. Debe promover la integración del alumnado y la no discriminación. También debe desempeñar valores actitudinales en contra de la discriminación y la violencia. Considero que sería bueno realizar actividades para visibilizar problemas de discriminación, por ejemplo sobre el bullying o la violencia de género, homofobia, transfobia o racismo. Sería bueno que los tutores realizarán estas tareas con el fin de visibilizar y normalizar la diversidad y luchar contra la discriminación. El alumnado tendría referentes que le ayudarán a comprender que la diversidad nos enriquece como grupo y que todos somos seres humanos con igualdad de derechos y libertades.

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