Pulso al fracaso

 

 


Tras el visionado del documental “Pulso al fracaso”, aquí están una serie de cuestiones que me parecen importantes y a resaltar para nuestro futuro papel en la enseñanza como educadores.

“Pulso al fracaso” es un documental que se centra en el trabajo diario que una serie de educadores realizan en un centro de segundas oportunidades dirigido por el pedagogo López-Aranguren. Una de las cuestiones más importantes quizá de este centro, es que la asistencia es absolutamente voluntaria, y los alumnos acuden a él tras recomendaciones previas de su centro origen, o de algún conocido, pero acuden de manera voluntaria y se decide si son admitidos o no tras una entrevista personal. Esta entrevista sirve para conocer al alumno, y empezar a dilucidar los problemas que han conllevado a su previo fracaso, con el fin de actuar sobre los motivos últimos que provocaron sus malos resultados y solucionar los problemas desde el origen, y en ella se preguntan cosas tales como la cantidad de asignaturas que van a suspender (sí, a suspender) para ver cual es su grado de autoestima y su vista a futuro, y hacerles ver que son mucho más capaces a posteriori de lo que en un principio creían.

Es evidente que a este centro llegan personas con un pasado y unas circunstancias personales complicadas que sin duda hay que tener en cuenta en un método de enseñanza integral del alumno, para de este modo conseguir comprender la base de su frustración y lograr canalizar sus problemas hacia un final más productivo. La labor del profesor aquí es la de acompañar y comprender al alumno para lograr que sus problemas personales no redunden en una frustración que le obligue a abandonar los estudios, sino en un proceso formativo que forme de manera integral al alumno y le convierta en un ciudadano capaz de hacer frente a sus problemas y no se autolimite.

Es importante destacar la importancia de dar una atención integral individualizada a cada uno de los alumnos. Todos los alumnos deben ser tratados en un ambiente de igualdad según sus situaciones personales y sus capacidades, ya que los alumnos no son simétricos como bloques de una fábrica que hay que trabajar de una manera simétrica, sino que cada uno tiene un “background” y la tarea del profesor es adaptarse a esas singularidades de cada alumno y ayudarle a lograr el éxito académico y la formación individual.

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